Base doctrinal
Enseñamos que la Biblia en sus sesenta y seis libros es la revelación escrita de Dios al hombre, verbal y plenariamente inspirada por Dios mismo en cada palabra (2 Timoteo 3:16; Pedro 1:20-21), absolutamente inerrante en los documentos originales, infalible, y exhalada por Dios. Enseñamos que la Escritura es el único estándar infalible de fe y práctica (Mateo 5:18; 24:35; Juan 10:35; 16:12- 13; 17:17; 1 Corintios 2:13; 2 Timoteo 3:15-17; Hebreos 4:12; 2 Pedro 1:20-21) y aplicamos la interpretación literal, gramatical-histórica de la Escritura.
Enseñamos que no hay más que un Dios vivo y verdadero (Deuteronomio 6:4; Isaías 45:5-7; 1 Corintios 8:4), perfecto en todos Sus atributos, uno en esencia, existiendo eternamente en tres Personas—Padre, Hijo, y Espíritu Santo (Mateo 28:19; 2 Corintios 13:14).
Enseñamos que Dios el Padre, la primera persona de la Trinidad, es el Creador de todas las cosas (Génesis 1:1-31; Efesios 3:9). Él es soberano en la creación, providencia y redención (Salmo 103:19; Romanos 11:36).
Enseñamos que Jesucristo, la segunda Persona de la Trinidad, llevó a cabo nuestra redención por medio del derramamiento de Su sangre a través de Su muerte sacrificial, voluntaria, vicaria, sustitutiva, propiciatoria y redentora (Juan 10:15; Romanos 3:24-25; 5:8; 1 Pedro 2:24). Resucitó y está a la diestra del Padre, donde ahora Él es nuestro mediador como Abogado y Sumo Sacerdote (Mateo 28:6; Lucas 24:38-39; Hechos 2:30-31; Romanos 4:25; 8:34; Hebreos 7:25; 9:24; 1 Juan 2:1). Enseñamos que Él regresará para recibir a la iglesia, la cual es su cuerpo (Hechos 1:9-11; 1 Tesalonicenses 4:13-18; Apocalipsis 20).
Enseñamos que el Espíritu Santo es una Persona divina igual al Padre y al Hijo (Mateo 28:19; Hechos 5:3-4; 28:25-26; 1 Corintios 12:4-6; 2 Corintios 13:14; y Jeremías 31:31-34 con Hebreos 10:15-17). Reconocemos Su actividad soberana en la creación (Génesis 1:2), la encarnación (Mateo 1:18), la revelación escrita (2 Pedro 1:20-21) y la obra de salvación (Juan 3:5-7). glorificando al Señor Jesucristo y transformando a los creyentes a la imagen de Cristo (Juan 16:7-9; Hechos 1:5; 2:4; Romanos 8:9; 2 Corintios 3:6; Efesios 1:13). Todo creyente posee la presencia del Espíritu Santo desde el momento de la salvación, y su deber es ser lleno del (controlado por) Espíritu (Juan 16:13; Romanos 8:9; Efesios 5:18; 2 Pedro 1:19-21; 1 Juan 2:20,27).
Enseñamos que el hombre fue directa e inmediatamente creado por Dios a Su imagen y semejanza, libre de pecado con una naturaleza racional, con inteligencia y voluntad (Génesis 2:7, 15-25; Santiago 3:9). Enseñamos que en el pecado de desobediencia de Adán a Dios. el hombre perdió su inocencia, incurrió en la pena de muerte espiritual y física; y está perdido sin esperanza alguna. (Génesis 2:16-17; 3:1-19; Juan 3:36; Romanos 3:23; 6:23; 1 Corintios 2:14; Efesios 2:1-3; 1 Timoteo 2:13-14; 1 Juan 1:8). Enseñamos que toda la humanidad estaba en Adán, por lo que le ha sido imputado el pecado. Todos son pecadores por naturaleza, por decisión personal y por declaración divina (Salmo 14:1-3; Jeremías 17:9; Romanos 3:9-18, 23; 5:10-12).
Enseñamos que la salvación es totalmente de Dios por gracia basada en la redención de Jesucristo, el mérito de Su sangre derramada y que no está basada en méritos humanos u obras (Juan 1:12; Efesios 1:7; 2:8-10; 1 Pedro 1:18-19).
Cuando el pecador en arrepentimiento, al ser capacitado por el Espíritu Santo, responde en fe a la provisión divina de la salvación, es justificado delante de Dios, y declarado santo. Dios preserva esta salvación para siempre (Juan 5:24; 6:37-40; 10:27-30; Romanos 5:9-10; 8:1, 31-39; 1 Corintios 1:4-8; Efesios 4:30; Hebreos 7:25; 13:5; 1 Pedro 1:5; Judas 24), y el creyente lo manifiesta mediante frutos de justicia, viviendo en un proceso de santificación continua y separación del pecado (Romanos 12:1-2; 1 Corintios 5:9-13; 2 Corintios 6:14-7:1; 1 Juan 2:15-17; 2 Juan 9-11).
Enseñamos que los ángeles son seres creados y por lo tanto no deben ser adorados. Aunque son un orden más alto de creación que el hombre, han sido creados para servir a Dios y para adorarlo (Lucas 2:9-14; Hebreos 1:6-7, 14; 2:6-7; Apocalipsis 5:11-14; 19:10; 22:9).
Enseñamos que Satanás es un ángel creado y el autor del pecado. Él incurrió en el juicio de Dios al rebelarse en contra de su Creador (Isaías 14:12-17; Ezequiel 28:11-19), al llevar a varios ángeles con el en su caída (Mateo 25:41; Apocalipsis 12:1-14) y al introducir el pecado a la raza humana por su tentación de Eva (Génesis 3:1-15). Enseñamos que Satanás es el enemigo abierto y declarado de Dios y el hombre (Isaías 14:13-14; Mateo 4:1-11; Apocalipsis 12:9-10), el príncipe de este mundo, quien ha sido derrotado a través de la muerte y resurrección de Jesucristo (Romanos 16:20); y que será́ eternamente castigado en el lago de fuego (Isaías 14:12-17; Ezequiel 28:11-19; Mateo 25:41; Apocalipsis 20:10).